lunes, 19 de agosto de 2013

El concepto de semifeudalidad, la cuestión agraria y el turismo.

Como complemento a nuestro anterior programa con Víctor Martín, coordinador del GISAS, exponemos aquí algunos fragmentos de sus trabajos para comprender mejor los temas y conceptos que se trataron en dicho programa. Para escuchar en programa, haga click aquí.


  • Fragmentos de La semifeudalidad y el atraso de España. El ejemplo del sur, de Víctor O. Martín Martín (Madrid: Los Libros de La Catarata, 2007).  Las negritas son nuestras. 


Canarias es una "España diminuta" o una "síntesis de España": agricultura de regadío de exportación de plátanos y tomares en el litoral con pequeña y gran propiedad, similar al Levante peninsular, las tierras de medianías para los cultivos de mercado interior y autosubsisencia con pequeña y gran propiedad similar a la España interior del cereal, los frutales y la ganadería. Por esos, en estos "peñascos del Atlántico" las contradicciones del sistema económico-territorial son más evidentes, se puede percibir rápidamente la importancia de la propiedad de la tierra: un gran propietario en la misma finca cultivaba tomates y plátanos en el literal explotados con jornaleros y/o aparceros: cultivos de frutales, vid y cereales en las medianías explotados con medianeros; y pastores "a medias" de cabras en régimen de semitrashumancia en los pastos, matorrales y bosques en las cumbres.

En Canarias, la superexplotación de un territorio tan pequeño ha tenido carácter colonial, en el sentido económico del término. La diferencia actual entre Córdoba y Canarias no es otra que el diferente resultado que la evolución de la semifeudalidad ha tenido en ambos lugares: en Canarias, el desarrollo turístico borró las relaciones semifeudales del campo, haciendo desaparecer paulatinamente las mismas a lo largo de la década de los sesenta y primeros años setenta, mientras que en Cordona se acabó también con las relaciones semifeudales, pero el campo no se vació porque los grandes propietarios no tenían o no quisieron tener otra salida a la crisis que el mantenimiento, a través de medidas políticas, de la disponibilidad de la mano de obra jornalera para dirigir una agricultura atrasada. En Canarias, la estrategia de la gran propiedad a partir de entonces fue la revalorización de sus fincas a través de la recalificación como urbanizables de las mismas (para la construcción de inmuebles tanto para para el turismo como para la polblación local). (...) En ambos lugares, la continuidad viene dada por la reacción de la gran propiedad ante la crisis agraria de los años sesenta (la huida de los campesinos semifeudales hacia las grandes ciudades o camino de la emigración exterior). 

(pp. 16-17)

(...)

Expuestas las tesis fundamentales y los autores más representativos de las escuelas historiográficas de la revolución burguesa y la cuestión agraria en España, pasamos ahora a explicar sintéticamente la nuestra. (...) 

En el proceso de la revolución burguesa española, parafraseando a Lenin, en realidad el capital, si bien domina, lo hizo en una forma relativamente muy poco desarrollada. Hasta el pleno desarrollo, hasta la separación plena del productor respecto de los medios de producción, hay muchos peldaños intermedios. Además, por esta características de nuestro capitalismo agrario, pese a que no se puede ser más general, vemos que dicho capitalismo no abarcaba todas las relaciones económico-sociales del campo. A su lado encontramos todavía relaciones semifeudales, tanto en la esfera económica (por ejemplo, pago en trabajo y en especie, la explotación del productor mediante su sujeción a la tierra, y no separándolo de los medios de producción) como, en mayor medida aún, en la social y jurídico-política (la ausencia de libertad de desplazamiento, la subordinación a los propietarios privilegiados en lo que respecta a la justicia y la administración, etc.). Esta relaciones también llevaban, sin duda, a la ruina de los campesinos y al paro, a la superpoblación de braceros sujetos a la tierra. La base capitalista de las relaciones sociales no debía ocultar todos estos vestigios, que fueron fuertes, del viejo orden de cosas de la vieja nobleza", vestigios que no fueron suprimidos por el capitalismo debido precisamente a su escaso desarrollo. El insuficiente desarrollo del capitalismo, que los populistas considerarían una suerte, sólo lo era para los explotadores de la nobleza. 

(pp. 37-38)

(...)

España va a iniciar la ofensiva estratégica de la revolución burguesa -y en ello coincide la mayor parte de la historiografía española- al mismo tiempo que otros países europeos, aunque con desfases entre los períodos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Las etapas revolucionarias tuvieron lugar en 1808-1814, 1820-1823, 1833.1842, 1854-1856 y 1868-1873. En el último pulso revolucionario decimonónico la república llega a España en 1873, pero a finales del año siguiente se produce la restauración monárquica. Si en 1874 no culminó el camino terrateniente, el camino prusiano, el camino junker, accediendo a una sociedad capitalista bajo el dominio de la burguesía, ¿puede decirse que el siglo XX, en época del imperialismo, se culminó ese camino cuando precisamente el imperialismo se colude con las fuerzas feudales para impedir el desarrollo del capitalismo nacional? Si la respuesta es que no, entonces ¿qué se desarrolló en España a partir del último cuarto del siglo XIX? Un capitalismo burocrático. La tesis del capitalismo burocrático procede de la síntesis de la aplicación de la teoría de Marx y Lenin al estudio de la realidad china llevada a cabo por Mao Tse-Tung. Esta tesis puede ser aplicada al estudio de la realidad de todos los países del mundo donde no triunfó la revolución burguesa, tal y como lo demuestra el actual heredero de las teorías de Marx, Lenin y Mao Tse-Tung, A. Guzmán Reinoso. Según A. Guzmán:


Sobre una base semifeudal y bajo un dominio imperialisra, se desarrolla un capitalismo, un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la semifeudalidad y sometido al dominio imperialista... El capitalismo burocrático se desenvuelve ligado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía del país, capitales formados.. por los grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el capitalismo burocrático atada... a la semifeudalidad, sometido al imperialismo, y monopolista... Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución, se combina con el poder del Estado y usa los medios económicos del Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra facción de la gran burguesía: la burguesía burocrática; de esta manera se va a da un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que ya era monopolista y deviene a su vez en estatal. 
(p.39-40)

(...)

Nuestra hipótesis es que la revolución burguesa en España se inició coetáneamente al resto de los países europeo-occidentales y consiguió algunos logros destacables, pero, a diferencia de lo que sucedería en éstos, la transición al capitalismo, a través de la vía prusiana, no culminó nunca. Así lo demostró la importancia de la cuestión agraria durante la Segunda República o en la España de las Autonomías. Los grandes propietarios de la tierra (nobleza del Antiguo Régimen, nuevos "labradores" de la agricultura tradicional y promotores inmobiliarios del capitalismo industrial), con la base semifeudal de la que parten, van a ejercer un papel fundamental en la historia contemporánea de España hasta la acutalidad.

(p. 42)  



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  • Fragmento de El turismo, motor económico de las islas, de Víctor O. Martín Martín. (Canarias: Ediciones Ideas, 2009).

En primer lugar, el turismo, al contrario que la agricultura (tanto de exportación como de autoabastecimiento) o la industria, no es una actividad productiva generadora de riqueza social en el sentido capitalista del término (plusvalor). Esto también se evidencia en el hecho de que si el Archipiélago se dedicara sólo al turismo y no tuviera conexión con el exterior, no podríamos subsistir, ya que necesitaríamos alimentos y manufacturas. La acumulación de capital en el turismo por parte de agentes locales y foráneaos se realiza por el trasvase de riqueza generada en los sectores primario y secundario y de rentas del trabajo (salarios) en otros lugares del planeta. Se trata de un territorio colonial en un doble sentido económico: sometido a intereses foráneos y no productivo sino rentistas. Esta convergencia de intereses entre el capital extranjero y la gran propiedad local ya ha sido corroborada tanto en trabajos de investigación de agricultura de exportación como en los de turismo, pero la diferencia con respecto a otros ciclos económicos está aquí: Canarias ya no produce.
En segundo lugar, se suele argumentar que el paso de una economía agraria a otra turística ha supuesto la modernización definitiva de las islas: las máquinas han penetrado, por fin, en el tejido económico y las relaciones de producción ya son típicamente capitalistas, frente al trabajo prácticamente manual en la agricultura y con relaciones contractuales semifeudales (medianería, aparcería, trabajo gratuito, etc.). Pero, a poco que se indague en el mundo del trabajo turístico se podrán observar las enormes similitudes y continuidades entre las relaciones económicas de la antigua y atrasada sociedad agraria y la industria moderna: trabajo gratuito o impago, trabajo a destajo, contrataciones irregulares, prestaciones personales, jerarquización semifeudal del proceso de trabajo, etc. Después de pasar por los "viejos braceros agrícolas", como algún autor ha dicho ya, estamos ante los "nuevos braceros del ocio". 
En tercer lugar, este carácter no productivo de la economía turística ha tenido y tiene una enorme influencia en los aspectos sociales y culturales de los canarios. En este aspecto, sólo pretendo aquí aportar algunos ejemplos que permitan abrir nuevos temas de investigación. Al ser una actividad, la turística, inducida desde el exterior y con un claro componente de ocio  cuyo "producto" se consume en esta tierra (fiesta de todo tipo, recreación y tiempo libre, vacaciones, consumo constante), el canario va a sumiendo ese modo de vida, esos valores que paulatinamente van conduciéndole al resquebrajamiento moral más o menos presente en la antigua comunidad rural. Las consecuencias sociales las tenemos a la vista: consumo de drogas y alcohol, accidentes laborales y de tráfico, fracaso escolar, aumento de la criminalidad y un largo etcétera. El resultado es una mezcla de la cultura semifeudal con la denominada "turbocapitalista" norteamiercana
(pp. 9-10)

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